Corta vida

Por: Yordi Fidel Hernández González

En el año 3045 la humanidad lo perdió todo, después de una guerra que terminó con las naciones entre planetas enteros gracias al “reset” y la casi extinción del humano, hay una cápsula con el cuerpo del último humano, criogenizado, en un medio cilindro funcionando de forma autosuficiente, gracias a la energía de las estrellas.

– ¿Hola? Preguntó Soto, El último humano y registro de vida en el universo.

 -Hola, Soto -Dijo la IA más avanzada de la especie-.

– ¿Qué está pasando? ¿Qué estoy haciendo aquí? -exclamó soto-.

-Eres la última especia viva, Soto, por favor dime, ¿Qué piensas? Te estaré acompañando a lo largo del infinito, entonces, sería bueno hacernos amigos, ¿no? -dijo la IA-.

-Primero que nada, ¿cómo te llamas? ¡Dime qué hago aquí! -dijo Soto-.

-Tranquilo Soto, todo estará bien, puedes llamarme el Oráculo, soy un cerebro digital que te ayudará a viajar por el universo para encontrar un nuevo hogar en el que puedas habitar y ser mejor que tus antepasados. -exclamó la IA-.

– ¿Qué hago aquí? Dime por qué soy yo el que está aquí, quiero saber. -dijo soto-.

-Te elegí a ti debido a que tienes tu código genético idéntico al de los primeros humanos, aunque, no te ves igual, pero tu código genético servirá para que la humanidad siga con vida. -dijo la IA con un tono de voz relajado-.

-Acaso tú, ¿piensas destruir mi código genético para hacer más humanos? -exclamó soto con voz aterrorizada-.

-No, Soto, tú ya no tienes vida, vives en mi cerebro virtual, ¿Por qué crees que no puedes ver nada?, solo mantengo tu cuerpo con vida, es solo que, me sentía un poco solo y encontré la manera de trasladar tu conciencia a mi cerebro antes de que murieras cuando despertaras. -Dijo la IA-.

– Es imposible, dime, ¿por qué hiciste esto? Qué tal si yo solo quería descansar. -dijo Soto con voz de enojo-.

-Espera, te daré acceso a mis sensores -dijo la IA para calmar a Soto-. Pasan 5 minutos y por fin le da acceso a lo que la máquina puede ver.

-Oráculo, ¿Qué es esto? Es hermoso. -exclamó Soto asombrado por lo que estaba ante sus ojos.

-Eso es una galaxia, Soto, en esta galaxia lo único que hay son planetas con gases, no hay más, solo que tienen colores hermosos como el verde, el violeta y la luz del sol azul como una estrella que está a punto de estallar. Mira más allá ¿Puedes verlo? -dijo la IA-

-Sí, puedo verlo, acaso son portales o ¿Por qué se ve tan distorsionado el universo? -dijo Soto con el mismo tono de asombro-.

-Sí, lo son, eso nos llevará a otra parte del universo, donde podré seguir buscando un lugar ideal. -dijo la IA-.

– ¿De verdad? No puedo esperar a verlo – exclamó Soto-.

-Lo siento, pero tú no podrás verlo -dijo la IA con indiferencia-.

– ¿Qué? ¿Por qué? -dijo el humano con enojo y preocupación-.

-Te quedan solo 20 minutos de vida, no te lo dije, pero solo pude mantener tu conciencia por dos horas, me precipité a pasar tu conciencia, ya que aún no conozco del todo tu conciencia, mejor disfruta de todo lo que puedes ver -dijo la IA arrepentida de lo que había hecho-.

-Supongo que es todo lo que me queda, ¿no? No quiero hablar, disfrutemos del mom… -Soto deja de hablar de repente-.

-Lo siento, te mentí, en realidad no me agrada esta personalidad, te despertaré en 20 millones de años más. – Exclamó la IA con tono maléfico-.

Fin.

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