El rastro de los nahuales

Por: Raul Alejandro Serapio Campos

Dentro de todas las culturas, a lo largo de la historia se han mencionado en distintas partes del mundo a criaturas mitológicas, ya sea consideradas buenas o malas, el hecho es que estos avistamientos son mencionados incontables veces. Actualmente gran parte de la población respalda su escepticismo en la ciencia, asegurando que estos seres, ya sea físicos o espirituales, no pueden existir, pero la historia que se cuenta a continuación habla de ese pequeño demográfico que no solo cree en estos seres, sino que se dedica a registrar sus avistamientos y en caso de que sean dañinos para los humanos con los que comparten esa región, se decide acabar con ellos.

Situado en el árido paisaje de Nuevo México, se encuentra a una persona ajena a esta zona llegando a el pueblo de Taos, un lugar pequeño en el cual la voz rápidamente se corre cuando se nota a una persona nueva ahí. Ethan Chase es el nombre el forastero, el cual llega en su Oldsmobile 442 w30. Llega directo a la cafetería del pueblo, ya que es el centro del lugar y donde más se pueden escuchar las cosas que han sucedido.

Ethan se sienta tranquilo esperando a que le lleven su carta mientras escucha atentamente a su alrededor, cuando esta más concentrado escuchando a unas personas hablar de los extraños avistamientos animales parecidos a lobos pero con algo distinto, en ese momento es interrumpido para preguntar que es lo que desea ordenar. La que se le acerca es una señora mayor, que claramente se dio cuenta que él escuchaba la conversación ajena. Después de tomar su pedido, le pregunta que si tenía curiosidad. En cuanto él dice que sí la tenía, ella procede a contarle lo que ha estado sacudiendo al pueblo de Taos llenando a sus habitantes de un constante temor a la noche.

Continúa diciéndole que se han registrado avistamientos de unos seres que se ven como lobos o perros, que a veces los acechan  y caminan de una manera extraña, “Se dice que estos seres son nahuales, nuestros ancestros ya los mencionaban en sus relatos que nos han contado cuando éramos pequeños, aunque algunos ven a los nahuales como protectores de la naturaleza, habemos otros que claramente nos sentimos amenazados con ellos, ya que su presencia siempre viene acompañada de desapariciones de gente joven en el pueblo”, dijo la Señora de la cafetería, a lo que Ethan, teniendo esta información, decide dirigirse al motel donde se hospeda y comenzar a buscar información de los Nahuales en internet y algunos libros pasados de generación en generación de su familia, en los cuales hay información detallada de cada ser al cual alguien de la familia Chase se ha enfrentado.

Al revisar las páginas del libro encuentra algo, justo uno de sus ancestros se había encontrado en la misma situación en el mismo lugar, en él relataba que fue incapaz de detener la desaparición de los jóvenes del pueblo ya que había gente que colaboraba con los nahuales, justificando que algunos sacrificios mantendrían al pueblo a salvo de alguna desgracia cayera sobre él. Los esfuerzos de su familiar fueron en vano, pero su misma frustración al no poder detener a estos seres y sus cómplices, lo llevó a recabar información de cómo podría cazarlos y matarlos, con la esperanza de que él o alguien más pudiera acabar con ellos.

Al indagar preguntando a ciertas personas, justificando que era un agente del gobierno, descubre que la zona donde más se les ve es en la antigua mansión de una familia opulenta de ahí, los Barnes, cuyo patriarca es Caleb Barnes, dueño de la única constructora del lugar. Al investigar los alrededores se da cuenta de ciertos rastros que indican la presencia de nahuales en la zona. Antes de siquiera pensar en adentrarse Ethan sabía que debía lidiar con los que detuvieron a su ancestro, ahora que ya sabía quiénes eran, era momento de investigarlos e ir por ellos.

Después de pasar semanas viendo los movimientos de Caleb, Ethan lo sigue una noche hasta la antigua mansión de los Barnes, al seguirlo se da cuenta que este entra en una pequeña cueva que está en el sótano de la mansión, como una entrada a otro mundo, en el cual se sentía el frío y hedor de la muerte. Dentro pudo ver cómo Caleb hablaba con lo que parecía un perro, “Si no fuera porque he visto cosas más raras creería que este viejo está loco por hablar con un perro” pensó Ethan. Después de eso, comienza a ver cómo este perro se para en dos patas y comienza a transformarse en humano, una escena verdaderamente grotesca donde se puede observar cómo huesos y músculos de éste ser de rompen y desgarran para darle su nueva forma y este comienza a hablar, “Todo va bien, solo faltan unas cuantas personas más y nuestro acuerdo estará en vigencia por otro par de décadas más”.

Ethan había escuchado lo necesario, el tenía que salir de ese lugar para prepararse e ir una vez más para acabar con ellos, de camino a la salida en una bifurcación que había dentro de la cueva observa a la gente desaparecida, pero decide no actuar por más que quiera, tiene que ser paciente, si no, todo podrá terminar de peor manera a la que comenzó.

De vuelta en el motel, Ethan comenzó a sacar su arsenal, su cuchillo de combate, escopeta recortada y para esta ocasión algo especial que le había dejado su ancestro, El Ollin, este es un importante glifo azteca relacionado con el dios del sol Tonatiuh, el cual se cree que tiene el poder de redirigir el curso del universo y proteger del mal, su primer paso es ir por el viejo Barnes.

Ethan se aproxima a la entrada de la casa de los Barnes, afortunadamente el viejo está solo esa noche y su casa está alejada de los demás, no hay vecinos cerca, entonces Ethan aprovecha para entrar de la manera más estruendosa posible con su escopeta y se dirige a el estudio donde sabe que está Barnes, ya que lo vio por la ventana caminando de lado a lado de la habitación.

Al entrar al estudio, tirado en el suelo ve a un viejo temeroso y no a la persona con poder que todo mundo menciona en el pueblo, “¿Quién eres?” pregunta con voz temerosa Caleb, a lo que Ethan procede a contestar, “Eso no importa ahora, cuéntame toda la historia de tu familia con los nahuales o tendré que recurrir a usar esto”… Caleb voltea a ver la escopeta que Ethan le muestra sin reparo o expresión de duda.

Caleb procede a contarle todo, como años después de la fundación del pueblo llegaron estos nahuales que no se veían satisfechos con la cantidad de personas que consumían y a lo cual el pueblo decidió tomar acción, excepto el ancestro de los Barnes el cual rescato  a algunos ya que ellos le prometieron riqueza a cambio de que los ayudara y alimentara, ellos prometieron consumir con moderación y cada tiempo determinado, pero a Caleb no se le agradaba hacer esto, sin embargo es una persona cobarde en naturaleza y les tenía mucho miedo a lo nahuales, ya que los había visto cómo disfrutaban alimentarse de sus víctimas conscientes.

Ethan procede a decirle que él se deshará de los nahuales y que ya tiene un método, pero necesita que nadie se interponga, mientras amenaza a Caleb con su cuchillo, a lo que éste asiente con temor.

Llegando a la vieja mansión en su hermoso 442, Ethan procede a armarse hasta los dientes y entrar en la cueva en lo cual lo primero es soltar a los rehenes para que los nahuales no tengan ninguna ventaja sobre él. Ethan procede a llegar a la sala donde se encuentran todos los nahuales, a lo que ellos voltean a verlo y empiezan a gruñir en su dirección, Ethan ha pasado por esto muchas veces y si algo ha aprendido es a no dejar que ellos den el primer paso, por lo que procede a disparar su escopeta cargada con balas de plata; mientras éstas sirven en los nahuales pequeños, en el principal pareciera que éstas rebotaran, a lo que procede a sacar el Ollin y el nahual lo ve con miedo y furia, conforme éste se acerca con el glifo este nahual se va volviendo más débil, por lo que Ethan puede acabar con él con relativa facilidad.

Un pueblo más se libró de estos seres que los acechaban. Comenzaba a amanecer cuando Ethan estaba deshaciéndose de los cuerpos y le pedía a las pocas personas que estaban destinadas a sacrificios que no mencionaran este incidente como un encuentro con lo sobrenatural, ya que nadie les creería y su reputación se dañaría,  a lo que las personas aceptan y el procede a llevarlas a sus respectivas casas.

El trabajo de Ethan ha terminado aquí y de buena manera, personas salvadas y monstruos eliminados, este pueblo ya está a salvo, pero Ethan debe continuar su camino en busca de más seres mitológicos.

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