La moneda

Por: Josué Helí Jiménez Arteaga

Era una mañana cualquiera, un poco nublado, pero con un clima agradable, había poca gente en las calles así que todo estaba tranquilo. Me encontraba caminando por la plaza, disfrutando un momento de aire fresco antes de regresar a casa a continuar con mis reportes para el trabajo.

En mi camino me encontré con un objeto redondo en el piso, primero pensé que era una moneda ahí tirada, pero no, era color azul grisáceo con cierto brillo, precisamente del tamaño de una moneda, de un par de centímetros de diámetro y un par de milímetros de espesor. Era muy ligero con una textura suave, parecía hecho de algún tipo de plástico, no lo quise volver a dejar tirado en el piso, así que lo recogí.

Ya en casa, mi rutina continuó normal, reportes tras reportes, llenando formatos, revisando documentos, haciendo uno que otro cálculo y haciendo alguna pausa ocasional para tomar agua. Me disponía a terminar el último reporte de esa tarde, cuando se escuchó un estruendo y acto seguido hubo un corte de energía eléctrica. Afortunadamente estaba utilizando mi computadora portátil y tenía su carga de batería completa, solo era cuestión de abrir la cortina de la sala para que entrara un poco de luz. Algo extraño había ocurrido, cuando abrí la cortina, todo estaba oscuro afuera, ¡apenas eran las 5 de la tarde!

¿Había pronóstico de tormenta y las nubes oscuras tapizaron el cielo? No, no era oscuridad de un cielo con nubes grises o negras, era una oscuridad de media noche. ¿Será un eclipse? ¿Dónde está la Luna? No era un eclipse, no se veía el Sol y tampoco la Luna, simplemente era una ausencia de luz un tanto misteriosa. Aún con la curiosidad, volví a mirar adentro de la casa y vi un destello, parecía una notificación de mi teléfono celular sobre la mesa, solo que yo traía mi teléfono en la mano. ¿Qué es eso que está brillando?

Al acercarme me di cuenta que era esa «moneda» extraña, estaba resplandeciendo, pero no con un brillo constante, era algo como cuando un foco está a punto de fundirse, emitiendo una luz de manera intermitente. Tomé aquel objeto para verlo más de cerca, se sentía muy caliente así que lo dejé de inmediato sobre la mesa. ¿Será alguna clase de batería o aparato electrónico? ¿Por qué emite luz y por qué se calentó? Miré mi mano con la que había sujetado el objeto, aún tenía la sensación de una quemadura leve.

De vuelta al objeto sobre la mesa, su brillo comenzó a aumentar y al llegar a cierto punto cuando ya casi iluminaba toda la sala, algo extraño pudo observarse: la iluminación no solo provenía del objeto, sino que parecía que nuevamente el foco en el techo era en responsable de la claridad en la habitación. En unos pocos segundos todo era normal otra vez dentro de la casa, me volví a asomar a la calle y parecía que nada fuera de lo común hubiera ocurrido, «la luz había regresado». El objeto dejó de resplandecer.

Estoy seguro que la moneda misteriosa algo había tenido que ver, tal vez era un pedazo del cielo que se había desprendido y ocasionado una perturbación en el curso de la luz en el universo, quizás era una fuente de energía que tuvo que efectuar un ciclo de carga absorbiendo la luz a su alrededor, o probablemente una pieza importante caída de una nave espacial que navegaba por la zona cuando yo caminaba por la plaza.

Estuve atento a los medios para informarme si había alguna declaración sobre el apagón, pero nada aparecía en las noticias, no se comentaba ni en las redes sociales, ninguno de mis conocidos recuerda haber presenciado el suceso, como si sólo yo hubiera vivido ese momento de oscuridad. Nunca supe qué fue lo que en verdad ocurrió, y hasta el día de hoy, guardo esa extraña moneda esperando saber las respuestas sobre lo que pasó ese día, el día en que la luz se fue.

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