Alma digital (Parte 2)

Por: Luis Fabián Sigrist Hernández

Tobio observaba el alba a través de la ventana de la bodega vieja que usaba como taller. La propiedad era antigua, anterior a la guerra de recursos y algo aislada ya que las viviendas alrededor se encontraban deshabitadas. Si no recordaba mal la historia que le contaba su padre, el taller fue construido por su bisabuelo, que se dedicaba a reparar coches y camionetas, varias maquinas que aún se encontraban instaladas fueron diseñadas con partes viejas de motores y vehículos. Una muestra del ingenio que caracterizaba a su familia. Cuando el taller pasó a ser de su propiedad Tobio le hizo algunas modificaciones y actualizó lo que pudo a su gusto: puertas inteligentes con contraseña, sistema de ventilación adecuado, pantallas cerca de las estaciones de trabajo, cámaras para ver desde cualquier ángulo y lo más importante, una red para que Prometeo-12 pudiera controlar algunos sistemas de la maquinaria.

Pero Tobio no se encontraba en el taller por gusto, se estaba escondiendo. Las emociones altas y experiencias riesgosas no paraban para el joven, hace 8 horas se dirigía a detener a Juno, una inteligencia artificial genocida y sus planes de suplantar poco a poco la población humana con robots idénticos a una persona. Tobio había sido una parte involuntaria de ese plan con su trabajo realizado en Noxcorp. Hace 5 horas había huido del sitio en llamas y creyó que estaba a salvo por fin. Hace 4 horas descubrió que su plan tuvo una falla: escapó un robot Homun-4, uno para él.

El impostor había logrado salir del caos y llegar antes que él a su casa. Ahora había un impostor dentro de su vivienda y Dolos, su hermanito, corría peligro al lado del intruso. No podía confrontar al impostor tan cerca de Dolos, el niño podría salir herido. Así que se escondió en el viejo taller ideando el como alejar al robot de su hermano.

-Oye Tobio-Lo llamó una voz desde el altavoz a su izquierda – ¿Ya tenemos algún plan?

Era Teo hablándole a través del altavoz del taller. Tobio pensó que el códex viejo no era seguro para mantener a su amigo mucho tiempo dentro así que lo había descargado a la red del taller. Además, el poder comunicarse a través del habla y no solo a través de la consola del códex era más sencillo.

– Ya casi, aún hay ajustes necesarios y detalles en los que debo pensar.

– ¿Por qué no intentas dormir? A ver si se aclara tu mente.

-No tengo sueño.

-Pero si no has dormido desde hace 48 horas, no soy humano, pero sé que es necesario para tu funcionamiento.

-Me encuentro bien, y no creo poder descansar sin resolver esto.

– ¿Bueno y se te ocurre algo?

Tobio fue a sentarse a un banquillo cerca de la mesa de trabajo que más le gustaba usar. Encima de la mesa se encontraba un motor trifásico desarmado que aún no encontraba tiempo para repararlo y usarlo en algún proyecto.

-Debemos alejarlo de Dolos, no puede salir herido. Lo primero es separarlos y emboscar al falso yo.

-Ok separar y emboscar, supongo que consideras riesgoso un ataque directo.

-Un Homun tiene mayor fuerza que un humano promedio. Si lo ataco sin pensar el eliminado puedo ser yo. Además, tenemos otro problema.

– ¿El cuál es?

-Solo queda una bala.

-Una sola oportunidad para acabar con el falso.

-No podemos fallar así que el plan debe ser perfecto, déjame un tiempo a solas para idear un plan.

-Ok.

Tobio se mantuvo sentado en su banquillo pensando en las posibles soluciones y la mejor estrategia para eliminar al falso Tobio. Había muchas posibilidades en las cuales pensar y había que cubrir cualquier posible fisura dentro del plan. Pensando se dio cuenta de algo, el sol ya debía de haber salido pero sus rayos no se veían a través de las ventanas. Fue un pensamiento rápido y lo catalogó como una distracción, pero rápidamente volvió a su mente. Intrigado se acercó a las ventanas a investigar el motivo.

El cielo que parecía claro unos instantes atrás, se había nublado ligeramente y las nubes tapaban el sol. Luego, en el horizonte vio otra masa de nubes más grande, probablemente de tormenta y entonces vino su idea.

-Hay que atraer al Homun aquí.

– Y ¿Cómo lo traemos?

-Está imitando mi vida, así que debe imitar mis acciones. Una tormenta se avecina y podemos usarla. Hay que mandar una alerta de fallo causada por la tormenta. Sabe que el servidor es susceptible a los picos de voltaje causados por la tormenta. Tendrá que venir a arreglarlo para evitar sospechas por parte de Dolos.

-Y Dolos no vendrá porque le tiene miedo a este lugar.

-Así es. Prepara todo, aquí lo emboscaremos.

El resto de la mañana Tobio preparó la falsa alarma y el cómo atacar a su impostor. Lo esperaría detrás de la puerta del cuarto del servidor y atacaría cuando Teo le informara que ya se encontraba dentro el otro Tobio.

Para cuando el plan estuvo listo, la tormenta ya estaba sobre ellos y la lluvia se podía escuchar en techo del taller.

-Envía la señal de alerta a la casa. Ya estamos listos, Teo.

-Ok, señal enviada.

Y solo faltaba esperar. Al Homun le tomaría minutos llegar y Tobio los aguardó. Al minuto 19 Teo dio una alerta a Tobio.

-Tobio, algo hace interfaz con el sistema.

– ¿Qué?

-Otro programa se acaba de conectar remotamente. La firma es de tu códex.

– Se lo quedó la copia ¿A qué tiene acceso?

-Todo, accedió a las cámaras. Sabe que estamos aquí.

-Apaga todo entonces.

-No lo veremos.

-Ni él a mí.

El elemento sorpresa se había perdido. Necesitaba otra cosa. Tobio tomó una Tubería de cobre de entre la chatarra que reciclaba y se preparó en un escondite mirando directamente a la entrada.

La puerta se abrió lentamente y con cuidado y entró la abominación. Le causaba una inquietud enorme a Tobio el verse a si mismo entrar al taller. El androide compartía tantas semejanzas en su apariencia con la de él que era como verse en un espejo. El robot caminó con cuidado y Tobio apretó el tubo que tenía en sus manos. Necesitaba que se acercara más.

El momento en que lo tuvo a su alcance se abalanzó sobre él, blandió el arma improvisada con fiereza hacia el robot y logró acertar un golpe en el costado de su hombro, el robot reaccionó y se apartó para intentar esquivar el segundo impacto, pero Tobio logró rozar con la punta del tubo la barbilla de su copia.

El robot agarró el otro extremo de la tubería y forcejeó con Tobio. Una herramienta mal colocada hizo tropezar al Homun y este cayó de espaldas tirando también al chico. Tobio cayó de frente y raspó su mano derecha con el borde de una mesa.

Tobio no perdió el tiempo y antes de que su oponente pudiera ponerse de pie, se tiró encima de éste y lo mantuvo en el suelo. Una vez asegurado, lo empezó a golpear desde encima para someterlo una y otra y otra vez. El robot apenas podía defenderse de algunos impactos.

Tobio debía ser rápido. Sacó su arma robada del bolsillo de atrás y rápidamente apuntó a su contrincante debajo de la barbilla. El robot dejó de forcejear al sentir el cañón del arma. Tobio pudo ver terror en su expresión. Algo tonto, eso no era humano, eso no podía sentir. Se preparó para apretar el gatillo y terminar ya de una vez con el otro Tobio cuándo se tuvo que parar en seco.

Tenía frente a él a un robot, un androide creado a imagen y semejanza suyo. Pero era un robot. Y si era un robot entonces ¿Por qué sangraba? Habían heridas abiertas a lo largo del rostro del otro Tobio. Su rostro se manchaba de una herida abierta en la frente y del rozón en la barbilla con la tubería se podía ver un hilillo de sangre.

¿Qué explicación había? Quizá el camuflaje y piel sintética habían sido mejorados y simulaba mejor la pile y sangre humana. Esa debía ser la explicación lógica. Debía jalar el gatillo.

Volvió en si y se decidió a terminar con su tarea. Miró el arma debajo de la barbilla del otro Tobio, pero había otra cosa mal con toda la situación.

Su mano recién raspada no presentaba una herida común. De hecho, no sangraba. Se había retirado la mitad de la piel de la palma de la mano y no había sangre, con la adrenalina del momento no se había dado cuenta. Lo más horrorizante no fue el solo ver que le faltaba piel, si no lo que había debajo del parche faltante: acero.

Entonces todo encajó de una forma espeluznante. “Tobio” retiró la pistola de la barbilla del otro y apuntó a la suya. Sabía el ángulo para destruir la unidad de procesamiento dentro de los Homun.

Cerró los ojos.

Y jaló el gatillo.

.

.

.

Dos horas mas tarde Tobio se encontraba al lado de una mesa observando el desastre y misterio que tenía que descifrar. Ya había reiniciado el sistema del taller y encontrado la copia de Prometeo-12 dentro del servidor.

-Ya está listo.

– ¿Vuelves a ser uno?

-Así es, me he vuelto a unir a la copia que dejamos dentro de la instalación B y acompañó a nuestro invitado hasta ahora.

Tobio miraba lo que quedaba del Homun después de que este se quitara la “vida”. Debajo de la piel encontró un endo esqueleto de acero y titanio con una inscripción en algunas partes que leía Homun-5.

-supongo que una maquina si escapó del incendio. ¿Qué sucedió Teo?

-En medio del caos el Homun-5 logró activarse aún sin sus directivas programadas, solo tus recuerdos. Creyó que eras tú y debía escapar. No encontró tu códex en las cercanías de donde despertó y quizá por miedo a perderme regresó por el yo que se había quedado dentro de la instalación con un códex viejo.

-Y luego tomó el camino de regreso a casa.

-Así es.

-Desconocía que era una copia y pensó que yo era una amenaza.

-Afirmativo. Ideó este plan para atraerte y alejarte de Dolos para que no sufriera daño.

Tobio observaba el cuerpo con más curiosidad aún. Tenía enfrente a un robot que se creía humano y planeaba proteger a su hermanito, un robot que pensaba como él y que le importaban las mismas cosas que él. Lo único que los diferenciaba era de que estaban hechos sus cuerpos.

-Oye Teo, una pregunta.

-Dila, Tobio.

-Si él pensaba como humano, quería como humano, actuaba como humano y amaba como humano, ¿no podría ser considerado humano?

-Creo que esa es una pregunta que yo no puedo responder.

Tobio siguió observando el cuerpo del robot mientras afuera la lluvia caía y solo preguntas llenaban su mente.

¿Qué es un humano? ¿Su cuerpo? ¿Sus experiencias? Y si lo que tenía frente él era un humano ¿tenía alma?

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