Por: Juan Jacobo López López
…La astronave de los Lumianos se alzó suavemente desde el patio trasero donde se encontraban Sara y Dimitri, ascendiendo lentamente hacia el cielo estrellado. Dentro de la nave, Sara y Dimitri quedaron fascinados por las brillantes luces y los sofisticados controles que rodeaban la cabina. Los seres Lumianos, con su peculiar pero amistosa apariencia, les explicaron el funcionamiento de la nave y les mostraron vistas impresionantes de distantes planetas a través de las ventanas transparentes.
Durante semanas, Sara y Dimitri surcaron el espacio, explorando mundos exóticos y paisajes intergalácticos que desafiaban su comprensión. Los Lumianos les impartieron conocimiento sobre diversas culturas alienígenas, tecnologías avanzadas y las maravillas del universo. Sin embargo, lo más impactante para Sara y Dimitri fue cómo su amor se fortaleció durante este viaje extraordinario. Compartieron momentos de asombro y aventura que profundizaron su vínculo.
En un remoto planeta cubierto de cristales iridiscentes, Sara y Dimitri presenciaron una emotiva ceremonia de amor entre criaturas bioluminiscentes que se comunicaban a través de melodías. En otro lugar, exploraron un jardín suspendido en el aire, donde flores brillantes cambiaban de color con cada emoción que experimentaban. Cada experiencia fortalecía su creencia en la belleza y el poder del amor genuino.
Pero no todo fue sencillo. En su travesía, Sara y Dimitri enfrentaron desafíos que pusieron a prueba su determinación y confianza mutua. En un lejano sistema estelar, quedaron atrapados en un campo de asteroides, y Dimitri demostró su valentía al guiar la nave hacia la seguridad. En otro momento, Sara tuvo que confiar en sus habilidades comunicativas para resolver un malentendido con una especie de seres gelatinosos.
Con el paso del tiempo, Sara y Dimitri comprendieron que el verdadero tesoro de su viaje no eran solo los paisajes alienígenas o las increíbles tecnologías, sino la oportunidad de crecer juntos y enfrentar lo desconocido con amor y coraje. Los Lumianos, observando su viaje, aprendieron mucho sobre el amor humano y la fuerza que puede impulsar a los individuos a explorar lo desconocido.
Finalmente, tras un año de aventuras intergalácticas, Sara y Dimitri regresaron a la Tierra con una visión renovada y un amor más profundo que nunca. Aunque retomaron su vida cotidiana, llevaban consigo recuerdos imborrables y un vínculo indestructible que los Lumianos admiraban y respetaban profundamente.
Desde entonces, Sara y Dimitri continuaron comunicándose a través de cartas de amor, pero esta vez describiendo las maravillas del universo que habían explorado juntos. Su historia se convirtió en una leyenda entre los Lumianos, recordando siempre a aquellos que fueron llevados en un viaje cósmico gracias al poder del amor.
Cuentos de ingenieros 