Por: Yazmín Acevedo Ham
Andrés estaba viendo por una ventana…. A través de ésta podía ver el mundo real, su primera reacción fue pensar que era uno más de sus videos para el aprendizaje, pero poco a poco fue viendo más personas de las que alguna vez había visto, su mirada delataba miedo y curiosidad. Todos en los laboratorios estaban ansiosos por continuar con la siguiente etapa del experimento, mientras que la Dra. Sofía se mostraba nostálgica por la partida de “Piloto 1”, con un nudo en la garganta, la Dra, indicó que abrieran la “ventana” que realmente era una puerta transparente horizontal y acompañó a Andrés a la calle.
A medida que Andrés explora el mundo exterior, comienza a darse cuenta de que hay mucho más por descubrir y aprender de lo que jamás imaginó. Se sumerge en nuevas experiencias, desde participar en actividades comunitarias hasta explorar pasatiempos que nunca había considerado.
La Dra. Sofía, mientras tanto, sigue su progreso con interés y cautela. Aunque está orgullosa de los logros de Andrés, también se preocupa por su bienestar y su capacidad para enfrentar los desafíos que el mundo real presenta. Se pregunta si el experimento fue lo correcto, si realmente preparó a Andrés para la vida fuera del laboratorio o si podría haber consecuencias no previstas.
Conforme pasa el tiempo, Andrés se encuentra con diferentes personas y situaciones que desafían su comprensión del mundo y de sí mismo. Aprende a enfrentar el fracaso y la adversidad con valentía, y descubre la importancia de la amistad, el amor y la conexión humana en su vida.
Finalmente, llega el momento en que Andrés se siente listo para tomar sus propias decisiones y forjar su propio destino. Sin embargo, seguirá siendo monitoreado y acompañado en el proceso. Y seguirá viviendo en el laboratorio adaptado a una casa más acogedora.
La Dra. Sofía, aunque triste por dejar ir a Andrés, sabe que es lo mejor para él. Lo ve partir con esperanza y confianza en su capacidad para enfrentar lo que sea que el futuro le depare.
Andrés se aleja de la rutina del laboratorio, con el sol brillando sobre su rostro y un mundo de posibilidades extendiéndose ante él. Está listo para enfrentar el futuro con valentía y determinación, sabiendo que lleva consigo el aprendizaje y la experiencia de toda una vida.
Cuentos de ingenieros 